1. Expectativas de la relación
Lo importante es poner las cartas sobre la mesa y hablar de lo que quieres de la relación. No te vayas a meter en el rollo de pensar en casarte después de tres años, mientras tu pareja está en modo chill eterno.
Cuando se trata de relaciones, cada cabeza es un mundo. Puede que tú estés creyendo en el matrimonio, con planes a futuro y todo eso, pero si tu pareja está en el modo de disfrutar el momento sin compromisos formales, ahí pueden surgir problemas.
2. Planes a futuro
Los planes de futuro son como los mapas del tesoro, te marcan el camino. Pero la cuestión es asegurarte de que tú y tu pareja estén cazando el mismo tesoro, esa ‘X’ que marca el lugar.
Verás, así como en las historias de piratas, donde cada tripulante busca ese cofre lleno de tesoros, en una relación también hay que estar en la misma sintonía. Si uno está suponiendo en comprar una casa y el otro solo quiere viajar por el mundo, ahí pueden chocar los botes.
3. Hablar sobre finanzas
¡Claro, el dinero! Pero en una relación, es importante ser realista y sincero sobre cómo manejarlo. Lo mejor es poner las cartas sobre la mesa y decidir cómo quieren manejar las finanzas juntos.
Tienes algunas opciones aquí. Pueden ir a medias, donde ambos contribuyen igualitariamente a los gastos. O pueden optar por la ruta de «cada quien lo suyo», donde cada uno se hace cargo de sus propias cuentas. O, si quieren un mix financiero, pueden combinar ambas estrategias, contribuyendo de manera equitativa a algunos gastos compartidos y manejando otros por separado
4. La intimidad es importante
La intimidad en una relación es un tema que va mucho más allá de lo que sucede bajo las sábanas, pero tampoco puedes ignorar esa parte. La clave está en encontrar un equilibrio perfecto entre el cariño, la pasión y todas esas mariposas que vuelan en el estómago.
La verdad es que la intimidad abarca una amplia gama de conexiones emocionales y físicas. Es ese momento en el que puedes hablar abierta y sinceramente con tu pareja, compartir tus pensamientos más profundos y sentirte completamente aceptado. Pero también incluye esos momentos ardientes y apasionados que mantienen viva la chispa en la relación.
5. Qué hacer cuando hay discusiones
¡No hay duda de que los conflictos van a surgir, eso es tan seguro como el final de temporada de tu serie favorita! Pero lo realmente importante es cómo los manejas sin desenterrar los trapos sucios de hace cinco años.
En cualquier relación, es normal tener desacuerdos y enfrentar obstáculos de vez en cuando. Lo crucial es abordar estos problemas de manera constructiva y respetuosa. No se trata de sacar a relucir viejas heridas o culpar a la otra persona por cosas del pasado. En lugar de eso, es mejor centrarse en el problema actual y buscar soluciones juntos.